

Ruffo está inmerso en un momento clave de transformación. En esta etapa de revisión estratégica, la marca comienza a mirarse hacia adentro, a reflexionar sobre su recorrido y a redescubrir su propósito.
Lo que nació como una cafetería de café de especialidad, con una identidad fuerte y reconocible, hoy se expande hacia una propuesta más profunda: hacer del tostado el corazón de su misión.
Hoy en Ruffo hacer café es hacer comunidad. A través de cada taza, fomentamos la diversidad, impulsamos el desarrollo local y promovemos el consumo responsable. Creemos en el café como una excusa para encontrarnos, para convivir y construir espacios donde todas las personas se sientan parte.
Queremos brindar un café excepcional que narra su historia en cada sorbo, que revela su trazabilidad, que cuida el proceso y el entorno que lo hace posible.
Este propósito se integra a nuestro modelo de negocio a través de una estrategia de impacto que está estructurada en cuatro objetivos estratégicos que buscan incorporar la sostenibilidad y generar impacto social y ambiental positivos.
Uno de sus ejes principales busca crear experiencias y desarrollar acciones que conectan personas, fortalecen vínculos y promueven un entorno más inclusivo, humano y justo.
Con esta visión, nacen dos programas o iniciativas que cristalizan una estrategia de circularidad, fomentan la convivencia de diferentes realidades y ofrecen oportunidades a personas en situación de vulnerabilidad.
Abono con Propósito
Junto a Casa del Paraná, organización de Rosario que acompaña la reinserción social y laboral de personas con padecimientos psíquicos, desarrollamos un programa que transforma residuos en oportunidades.
La borra de café que queda en nuestros procesos de tostado se reutiliza para producir abono para plantas, envasado en un packaging compostable y entregado como obsequio a nuestros clientes. Este proyecto además de cuidar el ambiente genera inclusión social, laboral y conciencia sobre la convivencia entre diferentes realidades. Esta sería la primera etapa de esta iniciativa.
Estamos pensando en una segunda que contempla la creación de una compostera comunitaria y la realización de talleres de capacitación ambiental abiertos a la comunidad, para seguir impulsando el conocimiento y el cuidado del entorno.

Bolsas que cuentan historias
Junto a Fundación Sol Naciente, que promueve la inclusión de personas con discapacidad, llevamos adelante otro programa circular basado en la reutilización de materiales.
Las bolsas de arpillera que contienen el café verde que importamos se transforman en tote bags y bolsos artísticos, elaborados por personas de la fundación. Luego los compramos y usamos en nuestra empresa, generando oportunidades de trabajo dignas, creativas y sustentables.
Este proyecto fue potenciado con el apoyo de Vandalia, Sonder e Hidrógeno, quienes donaron retazos de telas para confeccionar almohadones y alfombras que se usarán en la inauguración de nuestra nueva sede y luego serán donados a la organización Madre Teresa Lourdes, que trabaja con personas en situación de calle.
Madre Teresa, a su vez, participa junto al Museo Castagnino en “La calle no me define”, una exposición que busca visibilizar las historias de quienes viven en situación de vulnerabilidad.

Estos proyectos nos permiten reducir el desperdicio, reutilizar materiales y generar inclusión desde el hacer cotidiano. Transformamos residuos en oportunidades, café en conciencia, y comunidad en acción.